domingo, 8 de julio de 2012

Una penita

Os presento a Sluch, un perro supuestamente abandonado que se pegó a Ella cuando llegó a su feria de Cadiz. Estuvo dos días mimandolo, intentando no apegarse tanto como para no poder dejarlo a su suerte por la noche.
Después de tres días decidió llamar a la perrera después de ver que cada día tenía dolores en el cuerpo, seguro que de alguna patada dada por los camareros de los bares para que no se acercara a los clientes.La pena le iba en aumento y el cariño tambien.
Era tan bueno!!! tan confiado, tan indefenso!!
Cuando vino el hombre de la perrera le avisó que o en 15 días localizaban a los dueños, ya que llevaba chip o lo sacrificaban. Vaya puñalada trapera en el estómago... pobrete. Pero cual era la alternativa? que sirviera de pelota a los desalmados, que lo pillara un coche en esos momentos de desesperación, qué los petardos le destrozaran el sistema nervioso??
Total... que se fue a la perrera.
Recordó la vida dél perrete de Tombuctú... qué dificil fue la decisión.
Antes le dió una bandejota con pavo cocido, jamoncito y queso.
Eso sí que me dio envidia porque anda que no me cuesta que me suelte esas esquisiteces, pero me alegro que intentará darle una alegría a Sluch.
Todo le indicaba que se había escapado ya que llevaba collar con el nombre. Tenía chip, pero lo terrible era que la perrera no había tenido noticias de nadie reclamara un perro.
Cuando lo subio al coche a la espera de que lo vinieran a buscar, se enroscó en el asiento. Estaba agotado, necesitaba algo parecido a lo que debía haber tenido en su hogar, se le veía casero, faldero, bien alimentado,... era precioso.
Esperemos que haya tenido un final feliz.

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