viernes, 28 de septiembre de 2012

Se nos cayó la WiFi por Gustavo Staufert


 Y de cómo la caída de tan extenso personaje puede perturbar la vida de una familia moderna... siga leyendo...
Se cayó la conexión de pata ancha y no se calló con la caída, sino todo lo contrario, la muy méndiga parecía  alarma de pila de emergencia llorando en Jitanjáfora; pip, pip, pip.
Como es por todos conocido, la familia moderna no puede continuar su existencia en armonía, si su WiFi está rota y desconectada… parecía decirnos “Me duele la rodilla por haber brincado, aunque no me duele haber brincado de gusto al verte llegar a casa” Y el cariño de la can por su familia debe poseer, sin duda , algún tipo de banda magnética con cableado  al corazón, pues lastimada y todo, al ver a algún objeto de su afecto, daba el salto cuántico que le atormentaba nuevamente sus conexiones extremas, activando de facto el mentado “no brake” de sus dolores, la familia permaneció unida en torno a su descontento y preocupación, hasta que el zootecnista cibernético aplicó los consabidos mapeos de fibra óptica y muscular, suministrando la inyección de megahertz necesarios para restaurar redes y tejidos. Con la Wifi estable y a toda velocidad, la vida volvió a ser la misma en la casa de los Schnauzer, perdón, de los Staufert. 
 

3 comentarios:

  1. Yo no sé quién es la Wifi esa, pero en casa también es muy importante esa pelandrusca...

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  2. Pues en mi casa también trabaja esa tía, la Wifi, casi a jornada completa. La jefa protesta porque dice que a veces va un poco lenta, y si deja de funcionar se pone como loca. Pobre Wifi no la dejan descansar!!!
    Guau...guau...

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  3. La Wifi hay que cuidar esa perrita que no se vuelva a caer. La queremos desde acá. Y ahora qué hace?

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