domingo, 18 de marzo de 2012

Un arrumaco cura casi todo


Un consejo que vale más que un imperio.
Ni sé la de veces que Ella me ha abrazado de esa forma tan "especial"... por llamarlo de alguna manera.
Noto que sus manos se mueven sobre mí de forma diferente, pausadas, caricias que penetran en mí, notando  el latido y la calidez mi cuerpo. Yo me dejo hacer, quieto, asintiendo a ese mimo. Los dos en silencio.
Acurrucados, casi fundiéndonos.
Muy cómplices.


4 comentarios:

  1. Ayyyy!!! Esos masajitos no hay quien los pague!!! Dan un gustirrinínnnn !!!
    Guau... guau... Besitos!!!

    ResponderEliminar
  2. Es verdad. No hay mejor consuelo que el de tu amigo que no pregunta nada y sólo se da.

    ResponderEliminar
  3. Ayyy madre mía... como he podido yo escribir eso de forma tan cursiiii. (No bebo alcohol, os lo prometo)
    He tenido unos días muy mimosos con Ella, yo casi le leía el pensamiento, tal vez por eso me parecía que estabamos tan "pegaos", pero esas contadas como arriba quedan muy exageradas y ñoñas.

    Ese lado no me lo conocíais.... ni ganas, que no es muy propio de un machito como yo.

    REguagua...

    ResponderEliminar